miércoles, 19 de marzo de 2014

Obesidad Infantil

La Obesidad Infantil es un problema de salud caracterizado por el exceso de grasa corporal en el cuerpo de los niños y niñas. Según los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 2010 había unos 42 millones de menores con sobrepeso, registrándose la mayor parte de los casos en países en vías de desarrollo.
 
La Obesidad Infantil requiere para su diagnóstico diversas pruebas complementarias, la más empleada es el Índice de Masa Corporal o IMC. Toma como referencia el peso y la estatura de la persona, valorando su proporcionalidad en función de la fórmula matemática: masa dividida por la estatura al cuadrado. Sin embargo, la cifra resultante varía en el caso infantil. Teniendo en cuenta dos criterios esenciales: la edad y el sexo del menor en cuestión. En función de la misma, se establece que los niños y niñas con un índice de masa corporal situado entre el 85 y el 95 en dicha escala padecen sobrepeso, por encima de 95 hablaríamos ya de obesidad.



Consecuencias

Los primeros cambios en los niños obesos son generalmente emocionales o psicológicos. También puede conducir a síntomas más graves y que pueden amenazar la vida como:

  • Diabetes.
  • Presión alta.
  • Enfermedades gastrovasculares.
  • Enfermedades del hígado. 
  • Anorexia. 
  • Infecciones en la piel.  
  • Asma y otros problemas respiratorios. 
 
Estudios han mostrado que los niños con sobrepeso generalmente crecen y se convierten en adultos con sobrepeso, sufren burlas de sus compañeros; algunos son perseguidos o discriminados por su propia familia. Esto puede llevar a baja autoestima y depresión.
 
Como Prevenir la Obesidad Infantil en 10 Pasos

  1. Servir raciones adecuadas para la edad del niño.
  2. Tener en el hogar una variedad de hortalizas, frutas y cereales integrales.
  3. Escoger leche y productos lácteos bajos en grasa.
  4. Limitar el consumo de carnes rojas.
  5. Promover el consumo de legumbres y frutos secos.
  6. Retirar de la vista del niño las tentaciones ricas en calorías.
  7. Fomentar la actividad física, sin olvidar que los niños imitan a los adultos: si los padres hacen deporte, los hijos también lo harán.
  8. La bebida de elección para calmar la sed debe ser el agua.
  9. Se debe limitar el consumo de azúcar y, sobre todo, bebidas azucaradas (refrescos).
  10. Restringir a no más de 2 horas diarias el tiempo que los niños dedican a ver televisión, jugar a videojuegos o a navegar por Internet.

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